El alma se alimenta de la primavera, de las hojas de otoño, de la primera nevada, de los ratos con los amigos, que no es lo mismo que los panas, aunque las reuniones con los panas también alimentan…
El alma se alimenta de las risas, de las serenatas, de las canciones interpretadas en la ducha, de los conciertos, de los temas musicales favoritos…
El alma se alimenta de los amores, de los hijos, de los hermanos de sangre y de los que nos da la vida, de la familia, de los rencuentros con los del colegio, el secundario y la facultad…
El alma de alimenta de los veranos, navidades, cumpleaños, feriados y fines de semana largos…
El alma se alimenta de las sorpresas, de las buenas noticias, de los poemas y los impactantes textos…
El alma se alimenta de los abrazos, de los besos tiernos y apasionados, de las cercanías y las distancias…
El alma se alimenta de los olores con memoria y de los presentes continuos…
El alma simplemente se alimenta y se retroalimenta...
A todos los que me alimentan.
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